Para los liberales, el punto de inicio de la Revolución Francesa fue la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente, el 17 de junio de 1789. En esta convocatoria se quería liquidar la representación particular de los intereses de los estamentos privilegiados.
Para los burgueses liberales, los hechos importantes fueron el juramento de Pelota el 20 de junio de 1789 y el asalto a la Bastilla el 14 de julio de 1789 Los puntos culminantes de la Revolución francesa son: la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, del 26 de agosto de 1789, y la primera constitución escrita, el 3 de diciembre de 1791.
Para los liberales, la Ilustración es el sustrato ideológico sin el cual no hubiera sido posible la revolución.
Jules Michelet es el gran teórico que defiende esta postura. Para él, el gran pueblo de Francia ha roto sus cadenas y ha conseguido la Libertad.
Esta es una de las interpretaciones más aceptadas y expandidas por el mundo en la actualidad
